Bernard Haslip Brunton Historia

Bernard Haslip Brunton
Bernard Haslip Brunton residiendo en Blanca

Mr. Bernard Haslip Brunton (1871 – 1954) nacido el 14 de noviembre de 1871 en Stepney, Greater London London Middlesex. Fue el ingeniero que trabajó en la construcción de centrales hidráulicas en Murcia hacia 1895, fundador de Hidroeléctrica del Segura.

Sus primeros estudios los realizó en un histórico colegio fundado en 1553, el Christ Hospital School, y posteriormente cursó Ingeniería. Empezó a trabajar en Crompton & Co., empresa fundada en 1878 y dedicada al diseño e instalación de sistemas de iluminación eléctrica, cuando Europa empezaba a ser alumbrada.

Concluida su formación y con esta experiencia laboral, a finales de siglo XIX se traslada a España, donde se dedica a realizar proyectos de centrales hidráulicas, primero en Cataluña y después en Murcia, estableciéndose definitivamente en Cieza, un pueblo eminentemente agrícola situado a 45 km de la capital murciana.

En 1896 el ingeniero Bernardo H. Brunton llega a Cieza para montar la primera central de producción de electricidad, conocida como Fábrica San Antonio del Menjú, de la que pronto fue nombrado director, siendo el responsable de instalar con éxito la luz eléctrica en la ciudad.

En la prensa de la época quedó recogido el hecho como un gran acontecimiento. Podemos imaginarnos lo que supondría para los habitantes de una pequeña localidad ver alumbradas sus calles por primera vez: casi resultaría cosa de magia. Instaló el primer concesionario de Ford, fue fabricante de máquinas industriales, de esencias y, como buen inglés, organizó al primer equipo local de fútbol. Tras su jubilación, se retiró a vivir a una localidad cercana a Blanca, una localidad próxima a Cieza, donde falleció el 9 de marzo de 1959.

Fundador del Fútbol Club Deportivo Cieza

Futbol Club Deportivo Cieza
Primer equipo de futbol en Cieza

Los pioneros del fútbol ciezano disputaron sus primeros partidos a finales de la década de 1910, en un campo que el Consejo de Exploradores habilitó en el paraje de las Delicias. Sin embargo, al igual que sucedió en casi todos los municipios del norte de la Región de Murcia, en Cieza la práctica del fútbol de forma organizada no se extendió hasta principios de la década de 1920, a raíz de la fundación oficial del primer equipo de la localidad: el Club Deportivo Cieza. La creación de esta sociedad se atribuye a Bernard Haslip Brunton, un ingeniero inglés afincado en Cieza.

    La primera referencia de un partido disputado por el Club Deportivo Cieza data del 15 de abril de 1923, día en el que el equipo ciezano se enfrentó al Caravaca. Los locales derrotaron a su rival por 2-1 en un encuentro muy accidentado celebrado en un terreno de juego duro y pedregoso.

    A partir de entonces, el fútbol experimentó un gran auge en la población. El 25 de agosto de 1923 se inauguró el campo de «El Buen Suceso» que estaba ubicado en un solar de la Plaza de España, con un partido entre el Cieza y Real Murcia que acabó con victoria visitante por 0-3. El número de practicantes creció considerablemente, lo que propició la aparición de nuevos clubes (la Unión Deportiva Cieza, el Cieza Foot Ball Club y el Sporting de Cieza) que competían en partidos amistosos contra equipos de un nivel similar. También existía un equipo juvenil denominado Rayo de Cieza. Todos estos clubes tenían un potencial económico y deportivo muy inferior al del Club Deportivo Cieza, el equipo más importante de la localidad.

Inscripción en la Federación Murciana

    En 1924 la directiva del Club Deportivo Cieza tomó la determinación de inscribirse en la Federación Murciana de Fútbol. Para afrontar la competición la plantilla se reforzó con jugadores de otras localidades a los que la Junta Directiva abonaba unas cantidades económicas. Otra de las consecuencias de legalizar la sociedad deportiva fue la obligación de construir un nuevo campo de fútbol, pues el de la Plaza de España no reunía las condiciones reglamentarias para albergar encuentros de competición oficial. El partido de inauguración se celebró el 25 de agosto de 1924 y enfrentó al Club Deportivo Cieza (reforzado con jugadores de Alicante) y a la Real Unión Deportiva de Albacete. El Cieza se impuso por 7-1.

    En la temporada 1924/25 el Club Deportivo Cieza tomó parte, por primera vez en su historia, en una competición federada. Esta primera experiencia fue muy positiva, pues el equipo quedó campeón y logró el ascenso a la máxima división del fútbol murciano. Entre los integrantes de aquella plantilla sobresalía la presencia de Julio González Bernabeu, un joven de sólo 16 años, que algún tiempo después se convertiría en uno de los máximos goleadores de la historia del Real Murcia en partidos oficiales. 

La primera Raqueta de Badminton en España

Estuvo casado con Dª Carmen Trigueros Gómez (1876-1956) y vivían en Cieza. Muy probablemente la raqueta la trajo de Gran Bretaña, junto con el resto de equipaje y mobiliario que, según su bisnieta nuestra informante, también llevó a su nueva residencia con motivo de su trabajo en España. La raqueta ha sido utilizada por los descendientes (nieta Ana Brunton y bisnietos) para aprender a jugar a tenis. Tanto por sus dimensiones como por su peso, resultaba muy apropiada para facilitar la iniciación de los pequeños. Por los dibujos y fotografías a los que hemos tenido acceso, su forma y los materiales con las que está construida, son prácticamente idénticos a las que estaban en uso entre los años 1880 y 1920. Algunos modelos coinciden con el de esta raqueta. Esta compuesta por dos piezas de madera, una de ellas curvada y uniéndose en el brazo de la raqueta, con una pequeña pieza triangular de diferente madera para reforzar el punto de unión. Sobre ella grabadas las letras de la marca “Princess” Su longitud total es de 58,5 cms. correspondiendo al brazo de la empuñadura 30 cms. La anchura máxima exterior es de 16,5 cms. La zona de golpeo tiene una longitud máxima de 25,5 cms. de largo y 14 cms. de ancho. La anchura de la madera en la zona de golpeo es de 1,1, de grosor por 1,7 de ancho. Peso aproximado 200 grs. El cordaje que conserva actualmente es muy posterior, grueso y compuesto por tres hilos entrelazados, uno de ellos de color azul. La raqueta conserva un pequeño resto de piel en la empuñadura que seguramente la rodeaba para suavizar su agarre. En esta zona la madera está menos desgastada. Por otra parte no conserva restos de pintura, pero si de barniz.

Inventor del primer cajero automático

Primer cajero automático
Este es el primer cajero automático del mundo inventado por Brunton y Anaya

«Con en este invento se evitará la ruina, la destrucción de la familia y la corrupción de la sociedad. Además el uso de esta caja educará a las generaciones futuras enseñándoles el camino del ahorro, principal elemento de las familias y de los pueblos que quieren llegar a ser grandes»El primer cajero automático del mundoAsí reza la leyenda de un invento denominado ‘Caja repartidora de un cierto número de monedas con intervalos de tiempo determinados». El ingeniero, empresario e inventor extranjero Bernardo Haslip Brunton se estableció en Cieza a finales del siglo XIX. En 1913, creó junto con Luis Anaya Amorós una sociedad para la explotación de las patentes industriales, patentando ambos ese mismo año este prototipo que bien podría tomarse como embrión de los modernos cajeros automáticos.

El Autocajero, como ellos lo llamaron, nos llevó a pensar que la esencia de la idea bien podía ser la precursora de los actuales cajeros automáticos. En la declaración de intenciones de los inventores, es decir, en el “alma de la patente”, podríamos ver reflejada la pretensión de ese otro dispositivo que casi 54 años después de que Anaya y Brunton lo concibieran, presentó con éxito John ShepherdBarron. Hubo que esperar a 1967 para ver en funcionamiento el que, a todos los efectos, ha pasado a la historia como el primer cajero del mundo. Su idea no era otra que la de crear una máquina que diera dinero de forma automática. Se instaló en una sucursal del banco Barclays en Londres. El cliente introducía un cheque, marcaba un pin de cuatro números y el dispositivo le proporcionaba una cantidad fija de dinero. Ya hubo un antecedente en 1939: Luther George Simjian patentó su prototipo en New York y llegó a ponerlo en práctica, pero fue retirado poco después por su escaso éxito. Como vemos, la idea de Shepherd-Barron presenta analogías con nuestro cajero: dispensaba una cantidad fija de dinero y de forma automática.

Fábrica de Manufacturas Mecánicas de Esparto S.A

Y UN INDUSTRIAL DEL ESPARTO

Luis Anaya Amorós nació en Cieza en 1868. Fue un hombre tenaz y trabajador que desde muy joven tuvo el sueño de hacer algo grande con el esparto. Por sus innovaciones podríamos considerarlo un pionero en la mecanización de la industria del ramo en la época. Aunque no fue su única actividad, ya que en los primeros años del siglo XX se dedicó al comercio, fundando el Bazar Anaya, donde vendía toda suerte de artículos, desde sencillos huevos rellenos de confeti que él mismo confeccionaba para el carnaval, hasta pianos de la prestigiosa casa Chassaigne Fréres. En 1913 fundó su propia empresa de esparto; en esos años, el proceso de transformación se hacía de manera manual y él pretendía dar el salto al hilado industrial. Apostó por la explotación de la fibra nacional, patentando varios procedimientos para optimizar su rendimiento y conseguir un producto final de alta calidad.

PIONEROS DE LA MECANIZACIÓN EN CIEZA

Las inquietudes de estos dos emprendedores, pese a su diferente procedencia y formación, convergieron para dar como resultado el inicio de la mecanización de los procesos industriales en las fábricas de espartería, que por aquel entonces era una actividad muy rudimentaria, con procesos manuales, peligrosos y poco productivos. No fue un camino fácil ni de resultados inmediatos.

Anaya encontró en el joven ingeniero inglés el socio con el que iniciar los proyectos que desde hacía años venía acariciando.

Hubo que esperar a 1967 para ver en funcionamiento el que, a todos los efectos, ha pasado a la historia como el primer cajero del mundo

Juntos fundan la fábrica de Manufacturas Mecánicas de Esparto S.A., ejemplo de modernidad en su época. Buscaron inversores catalanes, y en 1920 llegó a contar con un capital social de 1.000.000 de pesetas. Después seguirían caminos diferentes, cada uno en su propia empresa.

Al tiempo que su aventura como empresarios, comienza su actividad inventora: Brunton patentará un total de siete inventos y Luis Anaya cinco, incluyendo el que comparten.